Mediante la adopción de un perro salvas dos vidas, la de tu nuevo amigo y la de otro abandonado que podrá ocupar su lugar. Decimos esto, porque desgraciadamente hay muchos animales abandonados y no tenemos sitio para todos. Hasta que no sale uno, no podemos rescatar a otro.
Cuando pensamos en la adopción siempre nos imaginamos a un cachorro tierno y adorable, a una bolita de pelo capaz de derretirnos con su mirada. Sin embargo, a veces los cachorros no son la mejor opción si no has tenido nunca un perro en tu familia. Los cachorros muerden, rompen, lloran y hacen sus cosas en cualquier sitio hasta que aprenden. Es decir, ¡son cachorros! y necesitan mucha paciencia. No adoptes un cachorro por impulso o por capricho. Piensa en tu modo de vida y en tu experiencia con perros.
Tenemos un montón de perros adultos y abuelitos que son maravillosos y no tienen el nivel de exigencia de un cachorro o de un perro joven de una raza enérgica. Adoptar a un perro adulto tiene sus ventajas. Son más tranquilos, no son destrozones y controlan los esfínteres. Habla con nosotros y te ayudaremos a escoger el mejor compañero para ti.
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